Robert Vergnes, tenía que regresar a esta isla del tesoro y de desgracia. No, no podía no pensar en ello. Un día de melancolía, vuelve a leer su Diario de la Isla del Coco, cae en su descripción de la cueva donde se encuentra, quizás, el fabuloso tesoro de Lima. Su decisión fue tomada: volver a la Bahía de la Esperanza. Especialmente, durante uno de sus últimos viajes a México (1968), donde descubrió en una revista para jóvenes, que su aventura en la isla era chiste popular (cómics) ...
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