Un día, uno de sus amigos costarricense, Christopher Weston, le trajo un enorme expediente que su padre había constituido. Este había pasado su vida coleccionando todo lo que le parecía interesante sobre la “Isla del Tesoro”; copia de archivos, planos mas o menos misteriosos sobre escondites secretos, antiguas fotografías de expediciones y un diario inédito de August Gissler, uno de los primeros investigadores, que fuera nombrado gobernador de los Cocos en 1900 por el presidente de Costa Rica. Con todo esto y lo que el mismo había recolectado, Robert Vergnes podía jactarse de tener la mas importante documentación sobre esta Isla.
Version Française